Propongo una guarnición muy sencilla y rápida de hacer, aparte de económica. En esta ocasión he optado por champiñones naturales, pero también se pueden utilizar champiñones en conserva. Dentro de los champiñones los podemos escoger enteros o laminados; yo los de conserva los compro laminados, porque es más práctico. Pero en el caso de los naturales me gusta comprarlos enteros, por varias razones: puedo escoger los más grandes para rellenarlos, se estropean menos y dependiendo de el plato que vaya a hacer los corto más o menos.
En teoría los champiñones no se lavan, sino que se limpian con un trapo húmedo. Yo en esto soy de las que los lavo bien con agua antes de usarlos y los pongo un rato a que se sequen.
Ingredientes:
- 1/2 kg de champiñones
- Vino blanco
- Ajo
- Pimienta negra
- Sal
- Aceite de oliva
Pre-elaboración:
Cortamos la parte final del tallo de los champiñones.
Lavamos bien para que no nos quede ni barro, ni unas piedritas que vienen. Dejamos secar un rato, o incluso podemos secarlos con un papel de cocina.
Laminamos los champiñones.
Picamos los ajos muy pequeños.
Elaboración:
Ponemos el aceite de oliva a calentar, cuando esté caliente echamos los ajos picados, dejamos que cojan algo de color, pero sin quemarse porque sino amargarían.
A continuación echamos los champiñones, y agregamos la sal y pimienta negra molida. También echamos un chorro de vino blanco y dejamos que se evapore el alcohol. Movemos continuamente, y después bajamos el fuego y dejamos que se vayan haciendo poco a poco. Los champiñones quedan en poca cosa y oscuros, pero son un rico acompañamiento de carnes, pescados....
No hay comentarios:
Publicar un comentario