Aunque no es un plato para todos los días, en alguna ocación un poco especial se puede uno dar una alegría. No es que sean muy barartos pero tampoco excesivamente caros. Podemos encontrarlos por 8 euros.
Da lástima pero la realidad que el secreto para que sean más apetitosos es que estén vivos a la hora de cocinarlos. Siempre encontraremos en casa algún voluntario forzoso que le dé la estocada.
Ingredientes:
- 2 bogavantes
- Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta negra
Pre-elaboración:
Lo más difícil, aunque sea moralmente, es matarlos. Con un cuchillo grande y bien afilado, los cortamos de arriba abajo dejándolos en dos mitades. La punta del cuchillo al final de la cabeza hacia arriba, y después hacia abajo.
Es preferible hacerlo encima de una fuente, para no peder los jugos.
Salpimentamos y reservamos.
Elaboración:
Ponemos una sartén o una carmela al fuego, yo en mi caso lo he hecho en la chapa de la cocina de carbón (dicen que cocinar así es más rico, aunque está algo anticuado).
Se le echa un poquito de aceite de oliva, pero solo para que la sartén no se queme, yo le pongo un poco de sal donde voy a poner el bogavante.
Cuando esté bien caliente, ponemos las mitades, con lo cortado hacia abajo, y dejamos hacer poco a poco unos minutos y le damos la vuelta.
Cuando la carne se separa del caparazón, ya está. Es preferible no pasarnos en la cocción porque desperdiciamos los jugos que le dan tanto sabor.
Falta la foto del emplatado, pero olía tan bien que no me dió tiempo de hacer la foto, espero os guste.
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